barroviajero

El plan

Los vecinos le preguntan a mi vieja, "a qué viaja Barro a Europa?, va a estudiar? va a trabajar?"

Mi madre les dice que no, que voy a pasear y a pasarlo bien.

A mis vecinos no les entra en la cabeza, cuando se cambiaron acá tenían un par de niñitas y un niñito. Todos menores que mi hermana que tiene 22. Ahora las niñitas tuvieron a sus propias niñitas y tienen a sus pololos de allegados. Siempre me parece que afuera de esa casa está lleno de gente sólo porque adentro ya no caben.

Son velocidades distintas, la gente vive a velocidades muy distintas. Yo recién hace un mes saqué mi licencia de conducir, tengo 26 años y nunca he pololeado, terminé una carrera pero eso no me hace sentir con los pies más firmes en la realidad. Más bien al contrario. Estudié periodismo.

Estudié periodismo en la católica y dejé contenta a mi abuelita. Pero he demostrado ser un asco a la hora de venderme y llevo así dos años saltando de pega en pega, de manera muy graciosa para mis amigos y muy patética para mí.

De repente me empecé a hacer a la idea que no iba a lograr nada de la vida.

Recuerdo una vez en la escuela que me tocó hacer un perfil de un vagabundo. Lo fui a buscar a un dormitorio común del Hogar de Cristo, pasamos el día juntos, lo acompañé en su rutina vagabunda, lo pasamos en grande.
Y al final del día me bajó la angustia.

Yo era él, o yo iba a ser él algún día, un parásito, un clochard, el village idiot; lo sabía con certeza, sería un vagabundo nerd que ha leído un montón y en varios idiomas (pero luego la gente tiende a subestimar la cultura general de los homeless). Fue un momento muy Star Wars, cuando al despedirme de él sentí que me decía: "Yo soy tu padre"

-"Noooooo!"

Al mismo tiempo mis compañeros de generación, más vivarachos ellos, conseguían trabajos y los mantenían y se iban a vivir solos o con sus novias/os y se casaban y tenían hijos y cotizaban MBAs y me miraban con cara de preocupación.

Y yo empecé a deprimirme.

En mala.

De eso hace más de un año, empecé a escribir este blog porque lo necesitaba como terapia. No escribo este blog como Chandler, para que alguien me descubra y me ofrezca una columna semanal y un contrato editorial y publicidad de Viña Ventisquero.
No escribo este blog para vanagloriarme de mis pequeños triunfos cotidianos, o de mi (hasta a mi me asombra a veces) bastante cosmopolita vida sexual.
No lo escribo para denunciar nada o para echar al agua a nadie o para encontrar por esta vía el amor de mi vida.
O sea, igual si aparece bien.

Lo escribo porque me gusta quien soy cuando escribo, porque cuando no escribo el cerebro se me llena de grasa, porque a veces me gusta como queda una palabra puesta al lado de la otra, y me da la ilusión de que pese a todo, sí tengo un lugar en el mundo, sí soy alguien. Alguien a quien uno puede comprender, alguien que puede suscitar ternura, y algo de complicidad.

Una vez leí por ahí que quienes escriben, escriben para recuperar algo que creen haber perdido. Y que quienes leen, leen para sentirse menos solos.

Escribo tal vez porque me considero un loser máximo, y porque me gustan las personas solitarias. Siempre me han gustado. Hasta que empecé a perder amigos y convertirme yo mismo en una persona solitaria, vaya, que de alguna manera empecé a escribir este blog porque la única manera que encontraba de bancarme mi vida era convirtiéndome en un personaje.

Pero verdad que de lo que yo quería escribir era de mi plan de viaje....

Será para la próxima.

posted by Barro @ 2:01 p. m.