viernes, julio 08, 2005

Pio-pio-pio

Por una de esas extrañas ironias de la vida, el dia de las bombas en Londres lo pase en Dresden.

Dresden es una ciudad que sabe de bombas.

A la hora precisa de los atentados figuraba yo con la cara pegada al vidrio del tren, contemplando uno de los paisajes mas espectaculares de todo mi viaje, la ribera sajona del Elba, un sitio tambien conocido como la "Suiza sajona", con rocas colgantes y castillos (Königstein) sobre las rocas colgantes, y luego el rio y las casas de veraneo y los muy deportivos alemanes andando en bici o haciendo rafting.

No me entere de nada, tal vez la gente hablaba de lo que habia pasado, pero si lo hacian, hablaban en aleman.

Y yo con muchas ganas de llegar a Berlin y enterarme a traves de Walter, que es periodista, cual fue la ciudad que finalmente se quedo con la sede de los juegos olimpicos.

O sea, Londres me tenia una noticia buena y una mala. Cual quieres oir primero?

El dia anterior hizo un tiempo esplendido en Praga y me lo pase entero con Maria la australofilipina, le sacamos el jugo a su guía de Praga y creo que visitamos los 5 distritos mas importantes. El ghetto judio fue una decepcion, nada mas que tiendas fashion y un cementerio que para entrar habia que pagar entrada. Y yo no pago entrada por ir a un cementerio, me parece medio sacrílego y eso que yo religioso no soy.

Por lo demas, son solo tumbas, no se mueven, no hacen nada, las vimos por una rendija y decidimos que tampoco valia la pena ir a las sinagogas.
Honestamente, siento que ya cumplí con mi cuota de turismo judio. Y visité Girona, en Girona si que hay un ghetto bonito y bien preservado. Mejor que el de Venecia, el Cai de Girona esta demasiado bien.

Pero bueno, Praga. No compre absynthe porque Maria era muy complicada y casi nos peleamos porque yo trataba de convencerla que no se iba a intoxicar si probaba el agua local. Pensar que gastamos lo mismo, yo por una cerveza Gambrinus y ella por una botella de agua carbonatada.

Fuimos a la plaza Wenceslao, al Teatro Nacional, al parque Petřín, al laberinto de espejos, subí a la torre que da la mejor vista de Praga, fuimos al supermercado Carrefour, donde los turistas no van, y nos dimos cuenta que Praga si es barata, si uno logra escaparse de los sitios para turistas.

En todo caso, si bien no hubo absynthe, al dia siguiente al finiquitar mis coronas compre sin saberlo un mentolado en polvo que se aspira como si fuera cocaina tostada. Muy borde, muy ilegal en apariencia, pero sano y cool; y me costo apenas 20 coronas, la nada misma.

Un saludo a María, que se mejore de su resfriado (si hubieras tomado agua local te apuesto que tu sistema inmunológico aperra), que te vaya bonito en Roma, anda a la Villa Borghese, mándame las fotos que me prometiste, lo pasamos muy bien juntos y si no pasó a mayores, bueno, it's not you, it's me. Ahora volvamos a Dresden.

Y a las bombas.

Mi intencion era arrendar una bicicleta, pero como llovia preferí no hacerlo. Me fui por Praterstrasse hasta el centro de informacion turistica y cada vez que caian gotas entraba a una tienda. Habia una HyM, pero no tenian mi boina. Si tenían en cambio una polera Made in Turkey demasiado bonita y justo de mi talla y en oferta y bueno, me dije, si igual estoy ahorrando dinero quedandome con Walter y Frank en Berlin.

En Dresden estaban jugando voleibol playa, con arena traida de no se donde. Dresden tiene todos estos espacios vacios donde solía estar su centro historico, Dresden era conocida como "La Florencia del Elba", y si uno se mete por callejones llega en efecto a algunas paredes sobrevivientes que son todo decoracion y detalle y guau, como habrá sido cuando todo estaba en pie.
La Frauenkirche, una de sus iglesias emblematicas, ya esta reconstruida, con las piedras viejas mas oscuras en la base y las piedras nuevas blancas blancas encima, se ve como una aparicion, como si no fuera real o no estuviera ahi, como un fantasma. Me gusto la Frauenkirche.
Pero en eso se largo a llover con furia inusitada para mi buena suerte climatica, tuve que correr a refugiarme detras del hotel Hilton, ahi me senté en la zona de descarga y me comi un sandwich gyro y mi ultima cerveza checa, Pilsner Urquell, y una barra de chocolate eslovaco.

Saltando de arcada en arcada, buscando cobijo de la lluvia, llegue a la pared que muestra en un desfile a todos los reyes de Sajonia. Es una pared fenomenal y sobrevivio a las bombas, todo lo que sobrevivio a las bombas adquiere por eso mismo una cualidad que hace que uno se detenga y medite. Aunque meditabundo no ando, la cerveza me tiene alegre y el chocolate euforico, silbando y sonriendole a la gente. Pero luego la lluvia se las arregla con ayuda del viento para arruinar toda actitud contemplativa gozosa y obligarme a correr hacia el Zwinger, a ver si mientras estoy dentro del museo sale el sol.

En el Zwinger esta la Madonna Sistina de Rafael, famosa porque a sus pies hay un par de angelitos haciendo muecas que creo inspiraron a los angelitos de Fiorucci. No, dejandose de bromas, las expresiones de la Virgen y de Jesus niño.... tiene ese aire de innegable obra maestra, y por supuesto, sobrevivio al bombardeo, asi que aplausos.

Pero hablando de sobrevivientes, nada supera creo yo a la exhibicion de porcelana de Meissen, figuritas intrincadas del siglo XVII de la epoca en que uno asociaba a los alemanes con vida campechana y decoración rococó, hay un canasto de flores con detalles tan perfectos y delicados que da miedo respirar muy fuerte a su lado, y luego pienso, ese canasto ha sobrevivido mas de doscientos años. Yo no me atrevería a cambiarlo de una mesa a otra.

Y se pregunta uno como es que hay cosas tan delicadas que resisten el paso del tiempo, que clase de hechizo protector las envuelve.

Del Zwinger al Albertinium, a ver a Caspar David Friedrich, a Otto Dix y a Grundig. Estos ultimos dos pintaron tripticos mostrando a Dresden en ruinas, mostrando horribles y descarnadas escenas de guerra, mostrando uniformes fascistas, presagiando el apocalipsis. Pintaron esto en los años 20, y en los años 30. Cuando la gente pensaba que la humanidad habia aprendido algo de la Primera Guerra Mundial. Es absolutamente descorazonador mirar los cuadros, y mirar la fecha en que fueron hechos, y darse cuenta que el arte clarividente no sirvió de nada.

Y luego lluvia y mas lluvia y mi tren no lo puedo perder asi que filo si me mojo y siento que si me apuro llueve con mas fuerza asi que me voy a paso lento y llego a la estacion completamente empapado, con el jeans hecho un alga marina y los calcetines como juncos flotando sobre una laguna en cada bota.

Y luego el tren, muy deutsch sera, pero llegó 20 minutos tarde. Y luego es bosque y mas bosque y no parece que me estuviera aproximando a una gran ciudad, sino a un bunker en la selva, el escondite de los elfos. Y luego despeja y sale un arcoiris y me siento demasiado optimista con respecto a Berlin, y llego a Ostbahnhof y Frank me recibe y me lleva en auto a su departamento en Kreuzberg que es un sueño, le digo a Walter que en Londres cambiarian una pierna por un departamento tan amplio como este (si hasta tiene un piano!), y me dice que en Munich o Colonia tambien les envidian los departamentos a los berlineses, y luego me queda mirando y me dice: "Supiste lo de las bombas, cierto?"

Y yo pienso que se refiere al bombardeo de Dresden y le digo, Duh!, obvio si no soy menso, si yo se de Historia. Pero resulta que si soy menso y ha habido 4 explosiones en el metro y en un bus en mi querida Londinium y pienso en John el policia, en Jeff que hace poco estaba en Londres, en Robert mi amigo húngaro que tambien habia partido para allá. Pienso que cuando me quedé en el Generator tomaba el tube justo ahí en Russell Square, en Tavistock Place.

Y yo en Dresden. Cantando bajo la lluvia con los efectos de la Pilsner hecha en Plzen, Ceska Republika.

Y pienso, deberia tener miedo?

Y decido que no, si algo me ha enseñado este viaje es que el mundo esta lleno de gente estupenda, gente generosa, buena gente. Los atentados terroristas son como ganarse la loteria, puede pasar, pero no deberia uno contar con que pasen, vivir la vida en funcion de ellos. No representan mas que al azar, y se que London va a saber mantener la compostura, y que seguira siendo una ciudad fantastica donde todas las culturas conviven y todos adquieren eso que los hace a todos, independiente de su raza o religion, londinenses.

Miedo? Terror?, that's simply not british.

Y Frank y Walter me llevan al memorial del Holocausto. Una planicie desigual con bloques que parecen tumbas y que arman un laberinto y resulta ser un sitio excelente, donde uno no sabe que hacer, si jugar a las escondidas o llorar por la muerte de tantos, donde uno se choca con extraños en cada esquina y se hunde y se eleva y es abstracto y no solo hace referencia a los judios, siento. Sino a mucho mas. Y mis amigos alemanes me dicen que al principio la gente tenia dudas con este monumento, que algunos decian que ya habian suficientes memoriales del holocausto judio, que en el plano éste en particular se veia harto feo. Pero resultó mejor que lo que todos pensaban, y en realidad es un sitio excelente, para perderse entre los recovecos, y para encontrarse, y para darse cuenta que a diferencia de estos inexpugnables y estaticos bloques de piedra, nosotros seguimos vivos,

y eso si que significa algo.

Y no es requisito saber alemán para entender.

6 Comments:

At 08 julio, 2005 16:37, Blogger Manuel said...

By far, tu mejor crónica, Barro.

 
At 08 julio, 2005 18:06, Blogger Nacho Cl.ear said...

Todas son buenas, pero sí; palabras así me hacen sentir como que algo se extiende, se relaja y no por eso no está conectado con estos momentos difíciles .
!Qué distinto con lo todo que se leía ayer!

Thanks.

 
At 08 julio, 2005 21:27, Blogger Distemper said...

Parezco huevón dando consejos, pero en Berlín no puedes dejar de ir al Pergamon Museum, que es algo impresionante con su traslado pieza por pieza de ciudades babilonias, asirias y griegas. Para quedar con la boca abierta. Y también al Museo Egipcio con Nefertiti. Hay un par de días en que ambos son gratis durante la tarde. Ah, y a Tacheles, hay conciertos todas las noches gratis.

No sé, Berlín fue lejos la ciudad que más me gustó en Europa: los alemanes, pese a todos los prejuicios que uno les tiene, sí son capaces de asumir el multiculturalismo sin discriminaciones. Eso creo.

Me alegro mucho que ya hayan reconstruido la Frauenkirche, cuando fui aún no había nada en pie.

Disfruta, un abrazo.-

 
At 09 julio, 2005 05:25, Blogger Roberto Arancibia said...

Qué bueno leerte bien, me acordé
de tí y de un par más que viajan por allá. Te leo en Bloglines, no siempre te comento, pero ahí están tus letras, tus maletas, tus crónicas de viaje.

Take care.

 
At 10 julio, 2005 16:15, Blogger Polilla said...

Con lo de las bombas, me pasa mas o menos lo mismo. Nopuedo evitar pensar en el tema cada vez que me subo al metro de Madrid, pero no dejo que eso paralice mi vida. Y pienso que si vuelvo a ir a Londres, volvere a andar en metro. Por aca dicen ahora que ETA tenia pensados nuevos atentados para perjudicar la campanha olimpica y que los del COI lo supieron y por eso no la eligieron, pero a mi me da lo mismo. No pienso quedarme encerrarda en mi casa con miedo a lo que puede ser. le tengo mas miedo a lo que pudo ser y nuca lo supe.
xxx

 
At 10 julio, 2005 16:19, Blogger Polilla said...

Ah! Y no se de donde ha salido tanto prejuicios con los alemanes. Tengo amigos alemanes que son lo mas dulce y candidos que he conocido, y juro que no exagero. Y tambien tengo tios y primos alemanes y no es porque sean la family pero son muy top. Barro, si vas a Stuttgart o a Hamburgo avisame para pasarte el dato.
xxx

 

Publicar un comentario

<< Home